Un ladrón asalta a los pasajeros en pleno vuelo y escapa en paracaídas,

posteriormente localizan su cadáver.

Mayo 25, 2000
Actualizado: 7:50 AM EDT (1150 GMT)

MANILA -- Un avión de Philippine Airlines con 290 personas a bordo que realizaba un vuelo nacional aterrizó el jueves sin problemas en Manila después de que un secuestrador armado con una granada robó a los pasajeros y escapó arrojándose en paracaídas, relató un testigo.

El avión, un Airbus 330, había partido de la ciudad de Davao, en el sur de Filipinas, a las 2:00 de la tarde (0640 GMT) para realizar un vuelo de 90 minutos con destino a Manila.

El pirata aéreo, que usaba un pasamontañas azul y llevaba un revólver y una granada de mano, ordenó al piloto del vuelo PR812 que retornase a Davao, a unos 960 kilómetros de la capital, pero éste dijo que el avión no tenía suficiente combustible, relató Antonio Gana, gerente general del aeropuerto de Manila.

El portavoz del presidente Joseph Estrada, Ricardo Puno, declaró a una emisora de radio local que la nave tuvo entonces que descender a unos 1.800 metros de altura a petición del individuo.

"Creo que el hombre estaba más decidido de lo que pensamos. A 1.800 metros, la cabina se despresurizó, lo que permitió que las puertas se abrieran. Entonces saltó", explicó el portavoz.

Posteriormente, el avión aterrizó en el aeropuerto de Manila, con casi una hora de retraso sobre el horario previsto.

Puno indicó que la policía se había dirigido a las afueras de Manila en busca del individuo.

"La nave aterrizó. Todos los pasajeros están bien...", declaró el presidente de Philippine Airlines, Avelino Zapanta.

El secuestro es el más reciente de una serie de incidentes que destacan un deterioro de la seguridad en Filipinas. El gobierno lucha contra una creciente insurgencia musulmana en el sur del país, donde los rebeldes mantienen a 21 rehenes, en su mayoría extranjeros, desde hace más de un mes.

(Con información de Associated Press y Reuters)


LOCALIZAN EL CADAVER DEL PARACAIDISTA

Mayo 27, 2000
Actualizado: 03:50 AM

MANILA, Filipinas -- El cadáver de un hombre que intentó asaltar un avión de Philippines Airlines fue encontrado el viernes hundido en el lodo después de que su paracaídas de fabricación casera se separase de él cuando saltó desde 1.800 metros de altura.

Soldados encontraron el cadáver luego que habitantes de la zona dijeran haber visto a un individuo que descendía en paracaídas en la tarde del jueves, dijo el general José Lachica.

"El cuerpo estaba hundido en el suelo y sólo se veían las manos", dijo a la prensa el jefe de la policía nacional, Pánfilo Lacson, tras el descubrimiento del cuerpo en un embalse en Liabac, a unos 70 kilómetros al este de Manila, dijeron informes radiales.

El rústico paracaídas apareció junto al cadáver, pero no la bolsa con el dinero que robó a los pasajeros del avión, indicó Lachica. Todavía existía cierta confusión sobre la identidad del hombre, ya que portaba al menos dos licencias de conducción con nombres diferentes

Basilio Gesmundo, un dirigente local, declaró a la radio DZMM que residentes de la zona vieron al avión sobrevolar en círculos y luego percibieron que algo caía de la aeronave.

Finalmente el paracaídas se abrió y vieron al hombre flotar durante unos cinco minutos, pero luego se desprendió del paracaídas y cayó en una montaña boscosa, explicó Gesmundo.

El hombre asaltó el jueves un avión de la aerolínea filipina con 291 personas a bordo, robó dinero a los ocupantes y posteriormente se arrojó al vacío en un paracaídas. El aparato, un Airbus 330, aterrizó en el aeropuerto de la capital con todos los pasajeros ilesos.

El avión había partido de Davao City, al sur de Filipinas, a las 14.00 horas (0600 GMT) para realizar un vuelo de 90 minutos con destino a Manila.

Primer lanzamiento en paracaídas.

El secuestrador, que llevaba el rostro cubierto por un pasamontañas y portaba una pistola y una granada, ordenó al piloto regresar a Davao, a 960 kilómetros de Manila, pero éste le dijo que se agotaba el combustible de la aeronave, informó Antonio Gana, el director del aeropuerto de Manila.

El secuestrador hizo un disparo en la cabina, quizá en forma accidental, dijo uno de los tres pilotos. "Estaba muy tenso. No que creo que tuviera motivos políticos. Decía que tenía problemas familiares. Le urgía el dinero. Supongo que eso fue lo que pasó", agregó el piloto.

"Dijo que su familia lo había abandonado y su esposa tenía una relación con un policía. Estaba muy indignado, se le veía muy temperamental", señaló el capitán del avión, Butch Generoso.

Posteriormente, el avión fue despresurizado para permitir que el secuestrador saltara en paracaídas a una altura de 1.800 metros, dijo el portavoz de la aerolínea Rolando Estabillo.

"Tuve que empujarlo porque quería saltar", relató una aeromoza. "Le abrí una escotilla", añadió.

El superintendente Marcelo Ele, de la seguridad de aviación de la fuerza aérea, dijo que el hombre nunca se había lanzado antes en un paracaídas.

"Diría que es un aventurero o un hombre que soñaba con ser un paracaidista. Usar ese tipo de paracaídas es un suicidio", agregó.

El avión aterrizó tras dos horas y media de vuelo y todos los pasajeros fueron puestos en libertad, sin que quedara claro si el individuo tenía cómplices a bordo.

(Con información de Associated Press y Reuters)


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